I
Contigo lejos
en nuestra casa ya no duerme la vida,
la puerta se confunde al no ver el paseo de tu cuerpo desnudo,
los minutos no son más que errores,
la esperanza es un timbre que nunca suena
y el otoño de mi ciudad es una orquesta desafinada.
En la buhardilla el cielo es un crucigrama
en el que yo escribo tu nombre juntando gaviotas,
y la calle,
abajo,
es una queja que atardece.
II
Espero que vuelvas a nuestra casa antes de que la lluvia
tiña azules los ventanales.
Que traigas en los labios pintado el lunar de siempre,
que no hayas perdido esta vez ningún sombrero,
que vengas vestida de ti,
que vengas vestida de esa chica que bebía vino blanco.
Porque esta casa no parece la misma. Se hace raro el silencio
deambulando por las habitaciones,
el corazón a la intemperie,
el corazón en vilo,
el silencio raro,
qué raro el corazón.
III
Vuelve a mi, crece en mis ojos como el amor a veces,
como a veces la vida.
Que en la calle se vacíen los autobuses,
que en los callejones nadie encuentre una salida
o que ardan las altas torres y nadie diga esta boca es mía.
Pero que el desencuentro duerma en otro lado,
que enciendas con tus besos mi alumbrado,
que vuelvas, te digo, a mi vida.
IV
Quiero volver a viajar en tus ojos sin pagar billete
y ver cómo la tristeza se aleja despacio, malhumorada.
Quiero que diciembre me vuelva a hablar de ti,
y que el frío anuncie un bulevar solo para nosotros.
Porque diciembre no es como entonces, cuando estabas,
cuando era inquieto como un río con luna.
Ahora la corriente se ha llevado tu cara
y nada es como entonces,
y yo me digo que voy a estar bien, y acaso soy sincero,
y me digo que voy a estar bien.
Y, sin embargo, qué difícil.
Retorna,
vuelve de madrugada,
como cuando te escribí
que sin ti se me acababa el mundo ya.
V
Poco más, amor.
Y es que sin ti hay poco que escribir. Las frases dulces te buscan,
viajeras.
Y no estás.
Esto es lo que ocurre cuando no estás.
Esto es lo que ocurre cuando no estás aquí.
Esto es lo que ocurre hasta que llegas.
Tú ya lo has comprendido.
© Pedro Letai
2011
Excelente, justo para este diciembre de lluvias aquí en el sur
ResponderEliminarTan sencillo y grandioso como siempre, maestro.
ResponderEliminarMuchas gracias, chicos. Seguirán lloviendo poemas, espero. ¡Nos vemos!
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