En mi mundo genial
de las cosas que no existen
tú me quieres antes del amanecer
y tus manos buscan las mías
y me levantan contigo.
En mi mundo genial
de las cosas que no existen
tu boca aparece infinita,
constante.
Nuestro encuentro
nunca se interrumpe.
En mi mundo genial
de las cosas que no existen
no eres más bella
que cuando te conocí.
No quiero imaginarlo
por si algún matiz,
algún pliegue perfecto y nuestro
se perdiera en el limbo.
En mi mundo genial
de las cosas que no existen
nunca te marchas,
nunca te tengo que buscar
de vuelta
en cien vidas
y mil banderas.
En mi mundo genial
de las cosas que no existen
sobrevivo con tu tacto
y muero cuando despierto.
En mi mundo genial
de las cosas que no existen
siempre suena
una hermosa canción.
Sólo tú y yo la escuchamos.
© Pedro Letai
2011
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