2.2.12

Entrevidas


I

tu

vida

nace de un océano suave y en sombra

y después eres ojos

ojos con sueños

mañanas que empiezan

con ventanas que se encienden

y un cielo que las apaga

días que para mi

eran poemas

la palabra más dulce

las tormentas

que no pude

entender ni olvidar

los domingos

las madrugadas

las calles frías

los letreros luminosos

las sombras

la luna

los coches usados

la sensación de que hay días

más cortos

que otros

la radio

el humo

y las cosas extrañas

II

y al final estás solo

solo cuando ves

una estrella caer

solo cuando duermes

solo cuando ves el abismo

y otra vez el frío

solo quitándote un anillo

solo en el sonido cálido

y verde

de las palmeras

solo acariciando un animal

III

yo tenía un sueño

yo quise crecer

junto a una autopista

y tener una mujer

y escribirle poemas

y tener un balcón

y decirle

yo solo he venido hasta aquí

para quererte

pero al otro lado del cielo

de la luna

de lo sublime

están las fábricas

y otra vez el frío

los cristales rotos

los aeropuertos

talando vidas

dejándolas vacías

los pájaros que aguardan

el ángel de la noche

los que buscan palabras

que haya dicho un dios

mis padres

y otra vez el frío implacable

que producen las estatuas

IV

a veces reíamos en cualquier merendero

de cómo sería ser de derechas

en un tren con billete

pagado en pesetas

en el bar a punto de cerrar

en una habitación compartida

en todo lo que al final

es un corazón atravesando

el tuyo

a ti que Dante te dio el nombre

con esa rosa en tu cuerpo

que es lo que jamás tendré

por siempre

yo que quise que fueras

mi mujer

por siempre

porque ninguna fue más mujer

porque a ninguna

la quise más mía

porque todo se termina

el alcohol

las amantes inoportunas

las carreteras

todo

V

mi mano

ya no te escribe

sigue el calor

en la noche de verano

siguen los bares

de extrarradio

sigue el sonido dulce

del agua dulce

y las canciones en la radio

y sigue la rosa en tu cuerpo

la rosa de Rilke

se quedan solos mis versos

y al final estás solo

solo cuando mueres

rimando tristeza

y soledad

el último soneto

yéndote

dejando los ojos

ajenos

en lágrimas

que recuerdan

lo que nunca fuiste

ni quisiste ser

cerrando

y llevándote

los ojos propios

llenos aún de

ganas de ser

tantas cosas

que no fueron

tu

vida.

© Pedro Letai

2012

6 comentarios:

  1. :_) El que más me ha tocado el corazón ...por ahora!

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  2. Al final estás solo, solo, más solo que la una, la boca queda abierta a la ventana del tiempo, a los aromas perdidos y ya no te salva ni la memoria.

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  3. Me encanta Pedro, gracias
    "ganas de ser tantas cosas que no fueron tu vida"

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  4. Gracias, chicos... Así da gusto... Cuando terminé de escribir este poema yo también pensé que había escrito algo sentido. Qué suerte poder compartirlo. Abrazos.

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  5. Increíble, Pedro. ¡Qué verdad tan bien contada!
    Un beso

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  6. Qué de tópicos juntitos de adolescente.

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