Si ya no sales a la calle
para no ser juzgada
por los ojos de otros,
si otros pintan tus paredes
con historias
que no caben en sus vidas negras,
no tengas miedo.
No tengas miedo
y mira a tu alrededor.
Domina tú
el silencio
de tus madrugadas.
Que cualquiera
de tus pisadas
sea la primera
de todas las demás.
De un lado
verás
el vértigo
de lo que termina
y la locura
de lo que vuelve a empezar.
Del otro,
la luz inalcanzable
y esa oscura sed.
No tengas miedo
al silencio de siempre.
La calle que incendiamos
al besarnos de puntillas
murmura cansada,
yo escribo
que cada noche vuelves
a donde nunca estuviste,
y brindamos
con gasolina
sobre el ataúd de tu ausencia.
La calle también ha sido
los años después de ti,
y el cine
y los libros y perder.
Y las mil veces que soñé
con hacerte el amor,
y con que todo fuera
mucho más fácil.
No tengas miedo.
Recuerdo todos aquellos días
en que me decías
que llamarías.
Yo esperaba.
No temas ahora tú
por tu hermoso fracaso.
© Pedro Letai
2011
Me gusta. Aparentemente sencillo. Profundo. Buen poema. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Eduardo. Me gusta que te guste y te llegue. Gracias por leerlo. Abrazos.
ResponderEliminarMuy bueno, hermoso fracaso... me gusta.
ResponderEliminarGracias, Balkin. A mi también me gusta mucho lo que escribes tú. A ver si te animas y hacemos algo juntos en Madrid.
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