Tan salvaje
como una canción
de amor,
tan inolvidable
como el viento
en sus manos.
Después de la paz
y el desarme
llegaste para quedarte,
Valérie.
Cuando surgió el desgarro,
porque un minuto antes
tu sonrisa era fría
y era rubia.
Cuando desordenaste entero
mi Madrid
de clase turista,
Valérie.
Contra mi paz tus huidas
y contra mi sed
lo que bajo tus labios
habita.
Encendiste mi naufragio,
aquellos años,
disparando a la noche
que ahora me margina.
Te fuiste
trazando fronteras
y yo ni lo vi venir,
Valérie.
Rodeaste mi peligro
y fuiste lecciones
y abrigo.
Todo era verdad,
llegando hasta el final.
Como todo es ahora gris,
ahora que no estás
y pasan la vida
y las horas puntas
y yo no soy el mismo tipo,
© Pedro Letai
2010
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