Aún hoy vivo
el recuerdo
de mi promesa
de no perderte jamás.
Promesa y realidad
nunca encuentran,
tampoco las nuestras,
bello final.
Lo vivo
dibujando
mi sombra
en los huecos
de la decepción,
buscándote en tu nombre
y en las flores
y en la paz
de tu retrato.
Lo vivo aún hoy,
siempre adorada,
en aquella cama
en la que me enseñaste
batallas sin armas
y me arañaste
las caricias
y me mordiste
descarada
los besos,
los labios,
el alma.
Vivo tu recuerdo
en la ficción
mía y de las cosas,
que es fingir
con los ojos
a destiempo.
Que son los que
sólo piden favores
y es el viento.
Que son tus ojos tristes
y el desastre
y los malos momentos.
Te recuerdo
en las hojas secas
y en todo lo hermoso.
En los viajes,
en los misterios
y en las estrellas
que apagan mi luz,
transparencia clara
como tú.
Aún hoy vivo
todos aquellos días,
toda aquella tu presencia
y me duele la vida
en las promesas.
Y me duelen las manos
de pasear solas
y los pies,
que ya no te encuentran
juguetones y rodeados
bajo la mesa
de ningún café.
Me duele
y me abrasa
esa ficción
que es mi realidad,
contigo inalcanzable
en algún lugar.
© Pedro Letai
2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario