Acaricio tus versos,
camaleón sobre mi pentagrama,
cambiantes del no al sí
y del silencio al beso,
tú que apareces y desapareces
como si sólo tu vida
sufriese con ese vaivén
de deseo y pasión
que puede conmigo
y que es tu miedo
separando nuestras vidas.
Te sobran los motivos
para abandonarte,
para citar
a la oscuridad
y los vientos
y decirles que te vas,
que no volverás.
Que te vienes conmigo,
que no cuenten contigo
y que no esperen
volver a verte
nunca, jamás.
Te sobran los motivos
porque lo dice la luz,
cada vez más sombría
en nuestros días
y en las horas de lejanía.
Te sobran los motivos
bajo el calor
de nuestro amor,
donde vivo yo impaciente
mientras me falta todo
y tú te aferras a lo desalentador.
Te sobran los motivos
y se ve en las sombras
y en la nieve
de esta tarde
y en las fronteras
y en el frío
y en las calles.
Te sobran
y te aprietan pequeña
la sonrisa y los labios.
Te sobran
y no sabes qué hacer
con ellos.
Te sobran los motivos
y no sabes cómo decirme
de una vez por todas
esto se acabó,
porque eres tú
a quien quiero.
© Pedro Letai
2010
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