16.1.11

[Déjame convencer a tu labio inferior]


Déjame convencer

a tu labio inferior

en la confianza

de un paseo

o una balada

de julio

para el deseo.


Deja que mi mirada

te mire

y te pida

que me dejes entrar.


Deja que mi saludo

nunca conozca

tu adiós

ni tu marcha,

ni que en mi prólogo

nazca tu final.


Deja que mis recuerdos

sean los tuyos

y después los nuestros

y de nadie más.


Deja que mi realidad

se abra a la tuya

y te abrigue

en tu estrecho frío.


Deja que mi cuerpo

sea nuestro abrazo y,

en fin,

que tu labio inferior

sea infinito

e inmedible

en mi boca

y mi hambre de ti.


Convéncete de

todo eso y

del azar

y mis pisadas,

que pisan

para serte estela

y que te sostengas

en mi.

© Pedro Letai

2011

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