29.4.11

Maneras de decir tiempo (Es raro porque ayer te recordaba)


Un caso sencillo,

un camino,

un jardín,

un poema.

Un cigarro y las palabras.

Y tú,

tu mirada.


Un caso sencillo,

doce cervezas más tarde,

es una isla desierta

de la que no puedes huir

porque solo tú

te persigues.

Y si nadie más te persigue

no hay lugar a donde puedas huir.


Un camino,

diez años después,

es una carretera alumbrada

y sin corazón.

Azul, inmensa,

atroz, enjaulada.

Gritona, idiota.


Un jardín

de palomas y rosas blancas

es ahora un extremo concreto

de mi barrio vendido

al desaliento y al comercio.

Al bebercio y al negociado.


Y un poema,

entonces vómito de amor adolescente.

Luego un folio adulto

y frío como el infierno

más caliente.


Caliente como el cigarro,

que en el olvido

es ceniza

de lo que una noche

sentí que te dije

y ya no recuerdo.


Las palabras,

siempre las palabras,

que ya no son las de los dieciséis

ni son perfectas

ni nupciales.

Que ya no caben

en los huecos.

Que ya no besan

en los portales.


Y tú, y todos nosotros

que hemos perdido ya el brillo.

Muchas tormentas,

tantos asuntos personales.


Tanto cansancio,

tanta carretera, tantas ciudades.


Tanto que ni recordar tu cara

es hoy ya un caso sencillo.

© Pedro Letai

2011

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