11.11.11

Por eso


Porque las rosas eran rojas e intermitentes,

como las luces de un motel.

Porque cuando tú disparabas

yo corría hacia tus balas.

Porque para aprender

hay que cambiar es que yo

por cómo estás tú.

Porque ahora eres al fin

lo que nunca ibas a ser.

Por eso.

Porque hay cosas que son de verdad

y no hace falta volver a jugárselas

a doble o nada.

Son para siempre, sin más.

Porque cuando hundo mis manos

en ti

nada se rompe

y todo es posible.

Porque, después de perseguirnos,

ahora vamos a huir juntos.

Por eso.

Porque lo aterrador que hemos visto

es lo que nunca volveremos a ver.

Porque Picasso en mi es Dylan y en ti Le Corbusier.

Porque un día entramos en una librería

a envolver un libro que éramos nosotros.

Porque encontraremos las respuestas

más importantes ya de la mano.

Porque es maravilloso que en nuestra ciudad

una calle se llame Juan Ramón Jiménez.

Por eso.

Porque nos queda un mundo entero

que llenar de te acuerdas de aquel día.

Porque tu pintura es otra razón para amarte.

Porque este poema te estaba esperando

mientras te demorabas,

y ahora se escribe solo.

Por eso.

Porque cada mañana a tu lado

Carmen Laforet escribe La insolación

en nuestra cama

y tú y yo nos comemos el mundo

y las bocas, y luego las calles.

Porque quiero pasar

el resto de mi vida

contigo, mi amor.

Por eso,

amor mío.

© Pedro Letai

2011

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