
Dibujabas sobre el mantel
toda tu rabia contenida,
pincel de color rosa desteñido
a la salida
por la puerta de atrás
de mi última noche
en tu ciudad.
Una lágrima menos
o una cerveza de más
para olvidar
lo que te traerá
tu amanecer trasnochado.
Miles de horas
de larga espera
lejos de aquel pirata
al que aún no olvidas.
Besos atragantados
y final interrumpido
en el guión
de nuestras vidas.
El que viaja
no mira atrás.
Perdió sus credenciales,
quemadas por la locura
el día que apareciste
anunciando dolor
y enamorando con tu olor
a princesa y chica dura.
Ya no busca
en las cartas de ayer.
La soledad le vino a buscar
en un velero de dos palos
que iluminaba la luna al pasar.
Navega a la deriva sin morir.
Dicen que al final se salvará.
Sentados los dos,
las piernas colgando
y las estrellas
al alcance de la mano.
Así te soñé
en mi viaje
al otro lado.
A donde no llegan
tus caricias y deseos.
Así me pintaste
en tu mensaje del adiós
que no olvidaré.
Dicen que al final
me salvaré.
Y tú lo sabes bien.
© Pedro Letai
2006.
Tienes que darme la receta para viajar sin mirar atrás...lo intenté en varias huidas pero... soy tan torpe.
ResponderEliminarEspero que tu tengas más suerte en tu viaje.