
Y fumarnos un cigarro
a media tarde
recordando los buenos momentos.
Y perdonar nuestros desfases nocturnos,
evitando la llegada del remordimiento.
Rodearnos, yo de ti,
tú de mi.
Alzar la vista con una mirada
que es mucho más que una canción.
Con un gesto que hace
que no necesites
mayor explicación.
Te he visto crecer.
Me has visto llorar.
Hemos cruzado juntos
oceános de alcohol,
coronado montañas de risas
y corrido riesgos
difíciles de olvidar.
Inmaduros,elegantes,
nos sentamos en el último banco
de aquella Iglesia donde se hablaba de amor.
Borrachos,solos,
y soñando con goles imposibles
y chicas americanas
dimos la espalda a nuestro voluntario,
doloroso,
desamor.
Te fuiste casi sin avisar.
Ahora fumas en tu muro
y yo ya no fumo a media tarde
porque el cigarro pregunta dónde estás.
Y todos saben,amigo,
que si estoy triste
es por ti.
Así que no tardes más.
© Pedro Letai
2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario