
Me lo tuve callado
por pudor
o por prudencia.
Desde que llegaste
estoy mejor,
por tus besos
y por ir a conciencia.
Habrá tiempo para cantar victoria,
no tenemos prisa.
Lo que germina lento es más fuerte
y tiene más vida.
Unas rabas, unos martinis
y después veremos
cómo pinta esta fiesta
y buscaremos la salida.
Yo también tengo
que abrir compuertas.
También temo que salga mal,
a pesar de lo que parezca.
No sólo eres tú
la que sufre mi inconsciencia.
No te puedo dar a elegir,
los detalles no se acuerdan.
Entre lo que te gusta de mi
y lo que te sobra
tendrás tú que decidir.
Tú sola, a tumba abierta.
También tengo mis zonas muertas
y miedo de echar a correr
a pesar de lo que tú creas.
No sólo eres tú
la que sufre mi indecencia.
Si hago trampas
y tú sabes demasiado
y mis malas compañías
y la droga para aguantar.
Los ajustes de cuentas
tan internos y profundos
que son sólo míos
y los ignora la gente
al pasar. Tanta gente.
Las perlitas de Valladolid
se acostaron tarde ayer.
Escribe una canción
para mi,
me decía a última hora
la reina de la decadencia.
No para
las que te hacen daño
y no merecen tu paciencia
ni tu prosa ni tu tristeza
de poesía en urgencias.
Creer que vuelas al fin
y caer, caer.
Otra vez la inconsciencia,
con el miedo en la esquina
de cualquier falda descontenta.
© Pedro Letai
2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario