A ella le duelen
las rodillas
de tanto bailar.
A mi me abrasa el corazón
de recordar
la noche anterior.
Entonces pienso que sí,
que si estuviera con ella
los domingos y la Nochevieja
serían mejor.
Es el regalo más feliz,
era mi único horizonte.
Todos los deseos
que no puedo cumplir,
la ciudad donde estuve
una vez,
la melodía perfecta.
Cómo no voy a querer
tenerla en la cabeza.
Un golpe en la mandíbula
de cristal,
con la guardia baja.
Un estreno del vestido
de siempre
para la chica
que me hacía reír,
que quería pasar
todos los momentos conmigo,
que me hizo olvidar
a aquella niña obsesionada
con reventar
su juguete favorito.
Anoche sonaron canciones
pero no eran por mi.
Llevaban su nombre
y luego me olvidaron aquí.
Repetían tienes que luchar
si vale la pena,
pero sólo si vale la pena.
Tienes que luchar
si vale la pena,
pero sólo si vale la pena.
No basta con haber estado
para ser testigo,
lo que quiero
es hacerla volver.
Los recuerdos se burlan de mi
y luego se esconden
otra vez.
Se largó cantando
una de Van Morrison
que yo silbaba
cuando despertaba a su lado.
No la volví a ver.
Se giró y repitió
los sueños no me dejan dormir,
algunas noches.
They sold me out,
It's the oldest story that's ever been known,
They sold me out.
Desde entonces los sueños
no me dejan dormir,
algunas noches.
© Pedro Letai
2010
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