11.6.10

Pantalones sin chica

Recuerdos de mi vida entera me recorrían el cerebro mientras el coche me llevaba inexorablemente hacia la muerte. Mi madre, nuestro primer perro, el día que me rompieron la cara, las noches que me rompieron el alma, la sangre sobre el negruzco asfalto de Tribunal, aquel primer beso, aquel último examen, el disco del concierto de Silvio en Chile, el tatuaje en la muñeca, donde los abogados se ponen el reloj. Donde los desesperados se cortan las venas.

Y mi primer coche. Y Raquel, que era igual que Betty Boop. Y esa última curva, tan mal estudiada...

Pero no conseguía recordarla a ella. Sé que hice esfuerzos por repasar su imagen pero no pude. Sé que trate de despedirme de ella. O de despedirme de esta vida pensando en ella. Pero no la encontraba en mi cabeza. Por ninguna parte. De pronto, eso sí, recordé sus pantalones vaqueros, desteñidos y arrugados, tirados en algún rincón de su habitación.

Justo cuando trataba de imaginarla con ellos puestos, cuando recorría sus largas piernas, morí.

© Pedro Letai

2005 y 2010


No hay comentarios:

Publicar un comentario