
Allí donde rompen
las olas
soñaba con llevarte.
Que el sol
viera tu pelo rubio
teñido a medias.
Que me acariciaras suave
tras otra reyerta.
Pero tú dormías sola
y lejos,
pensando en mi
y en lo que nunca fui.
No escuché tus preguntas,
perdí la suma
y me alejé.
Cogí el tren equivocado
sin abrigo ni calma.
Demasiados kilómetros
sin reír
y demasiadas horas
de vuelo a tu cama.
No sudé a tu lado,
no te presté mis vicios
ni te invité a vivir
junto a este desastre
que siempre acababa en filo
bordeando el precipicio eterno
que está por venir.
Tu vida
es mucho más
que portales sin luna,
calles oscuras
y canciones de cuna.
Tu vida son sonrisas,
ropas de mil colares,
posturas imposibles,
lágrimas inertes
y septiembres de propina.
Y ahora ya da lo mismo,
reírse de todo
o llorar por nada.
No te dije
lo que eras para mi,
lo que sentía a cada zancada.
Lo que eran las estrellas,
lo que era tu mirada
escondida en mi capricho.
Llegó octubre
y no supiste
lo que llevaba dentro,
lo que sentía al adivinarte
en mis sueños
y que todas éstas
eran las cosas
que nunca te había dicho.
© Pedro Letai
2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario