7.6.10

Viernes


A las tres ya tenía suficiente, pero tú no llegaste hasta las seis. Mi tan odiada sonrisa burlona pintando tu cara, la falda cansada de tanto bailar, el blanco de una rosa hortera regalada por algún capullo con nombre de capullo y la miel del ron en tus ojos de viernes.


Yo no te quería ni hablar, pero para cuando abriste la puerta ya había escrito cien poemas para ti, así que antes de abrazarte fuerte y cerrar los ojos te los di.

© Pedro Letai

2010

1 comentario: