
Tú, que desde que me hice joven,
hace no tanto,
te acuestas en mi subconsciente cada noche.
Yo, que hace no tanto
te pensaba lejana,
deseada, invivible,
peligrosa, recordada.
Tú que amainas
todo aquello que me turba
y me desborda.
Yo que quiero ser
cada domingo
cuero de tus botas
y un fijo en tu boca.
Tú y tu vida,
que desde que me hice joven,
hace no tanto,
curasteis mis heridas
y me hicisteis sonreír.
Hacedme ahora hombre
al fin,
regaladmae vuestras ganas,
quedaos a vivir.
Quedaos un tiempo
que sean cien vidas,
como las que hasta ti viví.
Como esas cien vidas en las que,
hace no tanto y sin ti,
he vivido condenado a morir.
©Pedro Letai
Amsterdam, septiembre 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario