14.10.10

Hotel Escucharte


Acabarán prohibiendo follar en los coches, y si no al tiempo. Yo preferiría pagar la multa que pagar por hacerlo, desde luego. Y pienso eso una décima de segundo mientras no te quito los ojos de encima.

Pues como te dije en el mail…”

A mi me gusta que a veces estemos juntos porque me gusta salir en tu historia, aunque a ratos te abandone para sumirme en mi locura, condena dulce. Y medir los vinos y tratar de no parpadear demasiado para verte más. Y dejar anoche a tres rubias con la miel en los labios y el gol en la línea. En realidad una de las tres era morena pero qué más da, estaban para ponerles un piso a cada una. Era mi noche de suerte. Y yo que me sigo agarrando a ti y a huir porque hay que madrugar, hay que escribir. Y el cuento chino de la bohemia, insufrible cuando ya te ha atrapado hasta los huesos.

Me contó mi amigo aquello del culo de Jimena. Y claro, con culos como ése qué más da lo que Jimena diga o Jimena haga. Pues sí, totalmente de acuerdo. Menudo culo.

“¡Pero bueno!, ¿me estabas mirando el culo?”

Últimamente creo que los pájaros están olvidando cómo volar. En todos los sentidos. Lo de los pájaros y lo de volar. Y pienso también que los madrileños han colapsado los trenes. Después del culo de Jimena y del tuyo y de los trenes, vuelvo a ti.

“¡Ah bueno! no te he contado, el otro día…”

Miro cada poro de tu piel y cada día es el día que más guapa estás, y es infernal. Y espero tu te quiero hasta que suena el timbre y la vecina me invita a mojitos, los anda preparando. Mojitos de fresa, qué asco. Y se lo digo, que menudo culo. Digo que menudo asco, y se ríe de mi porque piensa que estoy fatal y me dice que me imagina bailando bajo la lluvia, en una peli en blanco y negro. Qué original. Yo le río la gracia pero a mi me gustan las pelis con polis malos, sin bailes.

Me estoy volviendo definitivamente loco y quizá ni siquiera llevara fresa el mojito, pero el caso es que llego tan tarde a todo que pienso en Frank Sinatra y en qué haría él. Seguro que Frank lo haría bien.

“Y mira te digo una cosa, lo que yo no entiendo…”

Al fin y al cabo sólo pido ver salir el sol a tu lado, porque nunca lo hicimos.

Sueño con salir de casa y dormir en un hotel para que tú te bañes como una reina y te tapes después, desnuda, en un enorme y sedoso albornoz que, por supuesto, robaríamos.

Y a mi me daría completamente igual. Me bastaría con que en el hotel estuviera tu cama. Y con seguir escuchándote.

“Nos vemos… Gracias por la visita.“

Del coche, ni hablamos.

© Pedro Letai
2010

2 comentarios: